Bienvenidos al Fin del Mundo: Risas con Simon Pegg y Nick Frost [Crítica]

Ambientada, como no, en un pueblo perdido de Inglaterra, «Bienvenidos al Fin del Mundo» (The World´s End, en el título original), nos presenta a un tipo que se encuentra anclado en el pasado, y que tras tontear con todo tipo de drogas, cree que la forma de pasar página es volver al pueblo que lo vio crecer y superar una proeza que intento hace años con sus amigos: beberse doce pintas de cerveza en los doce pubs que había en su pueblo.

Cinco amigos como los que todos podriamos tener…

Con tan épica misión, ira convenciendo a sus antiguos «compañeros de aventuras» (que si han crecido y evolucionado en sus vidas) y se dirigirán hacia la «milla de oro» de su pueblo con el fin de coger una cogorza memorable, y pese a que al principio, todo parece indicar que no tendrán muchos problemas para conseguirlo (al margen de los «temas pendientes» que tienen entre ellos), pronto se darán cuenta de que algo ha cambiado en el pueblo, algo «aterrador» y que dará un nuevo sentido al termino «Starbuckismo» (una frase acerca de hacer todo en serie, como las cafeterías Starbucks).

Bajo una premisa sencilla, Edgar Wright utiliza el guion escrito por Nick Frost y Simon Pegg para mostrarnos una divertida historia, que si bien, al comienzo, parece que será una moralina sobre la necesidad de crecer y abandonar el síndrome de «Peter Pan«, acabara convirtiéndose en un despiporre que homenajea a las películas clásicas de invasiones extraterrestres, y que con la excusa de una reunión de amigos dará lugar a una comedia muy divertida (con final «epic») que gustara sobre todo a los amantes de las anteriores cintas de este trió, el cual, con «Bienvenidos al Fin del Mundo» terminan la llamada «trilogía del Cornetto» (una trilogía de parodias que se marcaron hacer en su día) con un presupuesto mucho más alto que las anteriores entregas y en las que además de volver a ver a caras conocidas de las películas de Wright, Pegg y Frost como son David Bradley (Walder Frey en Juego de Tronos), Martin Freeman (Bilbo en El Hobbit) o Rosamund Pike (Los Sustitutos), nos encontramos a gente como Pierce Brosnan en papeles realmente delirantes.

Las cervezas les pasan factura… pero hay mas… mucho mas…

Para mi gusto no llega al nivel de «Shaun of the Dead» en cuanto a comicidad, pero se nota que mucho que los tres principales artífices del film han evolucionado con el tiempo (y con el dinero) y aunque para ellos también ha llegado la hora de «abandonar el pasado», nos ofertan un entretenidísimo film en con el que poder echarnos unas risas y disfrutar de acción, chistes, y situaciones surrealistas (el debate final sobre «la humanidad», no tiene precio) bajo una banda sonora que mezcla temas con el claro objetivo de tocar nuestra vena nostálgica.