Dracula 1×01 – The Blood is the life: La Crítica

El pasado viernes 25 de octubre, la cadena NBC, estrenaba su esperada serie de televisión basada en el personaje de Drácula que creo Bram Stoker, y pese a ser una interpretación bastante libre de la novela (en realidad solo mantiene los personajes), se trata de un show que en su piloto nos invita a continuar viendo la serie.

Protagonizada por Jonathan Rhys-Meyers (Los Tudor), quien interpreta al conde vampiro de los Cárpatos, nos presenta un punto de partida muy diferente al que conocimos en la historia original, comenzando por la resurrección del rey de los vampiros que se encontraba atrapado en una especie de cripta que lo mantuvo alejado de la sangre que le otorga la vida.

Así pues, «The Blood is the life» (La sangre es la vida), nos presenta a dicho personaje como Alexander Grayson, un industrial estadounidense que acaba de llegar a Londres para efectuar negocios en el mundo de la energía, haciendo una primera aparición bastante espectacular, y en la que se nos presentan prácticamente al resto de personajes: un Jonathan Harker que aqui es periodista en vez de abogado, una Mina Murray que estudia medicina (y cuyo profesor es Van Helsing, quien tendrá un papel muy diferente también), y a su amiga Lucy Westenra que no muestra muchas diferencias respecto al personaje original.

Todos formaran parte de una historia en la que evidentemente, se desarrollara un romance a dos bandas entre Jonathan, Mina y el Vampiro (que encuentra nuevamente en Mina a la reencarnación de su amada fallecida), pero habrá otros elementos en juego, ya que Drácula, junto a un grupo de acólitos entre los que encontramos a su ayudante, Renfield (que aqui es negro), buscaran venganza contra «La Orden del Dragón», un grupo masónico que ha ido acumulando poder y riquezas a costa de los más débiles, y en el que se incluye un grupo de caza vampiros que dará bastante juego a una historia (incluso justifican los asesinatos de Whitechapel y a Jack el Destripador como una cortina de humo para tapar los incidentes con «chupasangres«) en la se mezclan diferentes intereses y muchos deseos de venganza.

La serie luce un aspecto llamativo (no es tan steampunk como se creía, y las escenas de interior, son mas «lumiosas» de lo esperado), y la caracterización de los actores y la ambientación victoriana resulta solvente, y aunque se aprecia un interés demasiado alto en resaltar ciertos aspectos «sexys» (incluso coquetean de forma taimada con el sexo en público y otros aspectos «subidos de tono»), el piloto resulta interesante y entretenido, y al mostrar una historia tan diferente, despertara el interés del espectador por una historia nueva a riesgos de que los mas «puritanos» desprecien esta interpretación libre de un personaje tan importante de la literatura fantástica.

Por mi parte, y sin que me haya causado un impacto importante, he de decir que me ha convencido como piloto (al margen de algunas escenas de lucha algo forzadas), y aunque estos episodios de «lanzamiento» suelen ser muy diferentes del resto, espero sinceramente que la serie me facilite un entretenimiento digno y, sobretodo, una historia de vampiros un poco diferente, ya que aparte de los cambios en la trama sobre Drácula, nos presentan a los vampiros como “una especie” diferente y que busca (al menos eso me ha parecido por diversas menciones evolucionistas) establecerse como el depredador predominante en la tierra.

¿Lo conseguirá? Ya veremos…