Crítica express: Rare Exports

Hay ciertas películas que generan bastante expectación tras su paso por diversos festivales, y ‘Rare Exports‘, la cinta que os traigo hoy para su revisión rápida, fue galardonada como mejor película en el festival de Sitges de 2010, y aunque no fue hasta hace poco que se puso a la venta en nuestro país (su paso por taquilla fue casi inexistente al tratarse de una cinta independiente y estrenada con tanto retraso) llamo la atención de todos los seguidores de lo fantástico.

Ciertamente estamos ante una cinta bastante curiosa. Un film que intenta beber de esa época dorada que fue el cine fantástico y juvenil de los ochenta, y que solo los más duchos en la materia sabrán sacarle parecidos con clásicos como Los Goonies o Gremlins.

Personalmente me esperaba un titulo de terror salpicado con toque de humor, pero lo que ‘Rare Exports’ nos ofrece es una fabula navideña donde la cultura nórdica dificulta cierta empatía con los personajes, dejando al público con una sensación de satisfacción a medias.

Las interpretaciones por parte de sus actores cumple con el tipo de film que tenemos por delante, y si bien hay que admitir que tanto banda sonora, como fotografía son excelentes para una película de tan bajo presupuesto, se habría agradecido mas escenas con toques de gore y sangre en vez la tensión introducida con calzador y que se adivina como una excusa a la falta de presupuesto.

Aun así he de decir que me resulto bastante entretenida, y sobre todo muy original, aunque eso sí, el film ni es de terror ni es un «Cuento Gamberro de Navidad» (titulo de su estreno en España), sino un homenaje del norte al cine que tanto gustaba en los 80, y que eso sí, no se acerca a otros ejemplos de ello (me refiero a homenajes ochenteros) como la reciente SUPER 8.

Lo mejor: una historia curiosa sobre Papa Noel (que sale menos de lo que esperaba) y sus elfos, en un entorno poco conocido

Lo peor: no es terror, y pierde bastante si no has visto los dos cortos previos al largometraje.