«Lejos del Mundanal Ruido»: Una BSO para evadirse de este mundo

Lejos del Mundanal Ruido. Un título que describe a la perfección, no solo la película en sí, sino todo lo que le rodea. No ha sido un éxito de taquilla, pero ha cosechado (nunca mejor dicho cuando se trata de granjeros del siglo XIX) críticas que van de lo bueno a lo excelente. No escucharás sus temas tarareados por la calle, pero aquellos que sepan apreciarlos, no podrán dejar de escucharlos en su cabeza una y otra vez. Su música no es mundana. Su música es todo, menos ruido.
Thomas Vinterberg. Dogma 95. Voto de castidad. Norma número dos: El sonido no debe ser producido separado de las imágenes y viceversa. (No se puede utilizar música, salvo si está presente en la escena en la que se rueda)… ¿Estamos hablando del mismo director? Pues sí: “Ésto no es lo que hago normalmente. Fue un trabajo por contrato. Me enviaron el guión y dije: “muy bien, lo haré”. Fue un gran alivio no tener que hacer mis propias cosas una y otra vez”. Y nosotros le estamos totalmente agradecidos.
Craig Armastrong sería el encargado de componer esa música que una película Dogma nunca hubiera permitido. El compositor escocés, conocido sobre todo por sus trabajos con Baz Luhrmann (Romeo + Julieta, Moulinge Rouge y El Gran Gatsby, 2013), se adentra en la Inglaterra de finales del siglo XIX descrita por Thomas Hardy en su novela Lejos del Mundanal Ruido (Far From The Madding Crowd).

Los protagonistas de la película "Lejos del Mundanal Ruido"
En cada tema se puede respirar la atmósfera: “Gran parte de la score fue la crudeza del paisaje, lo sombrío, la dureza”. Una naturaleza llena de colores fríos, de cielos nublados, niebla y humedad. Es la época del romanticismo. Los paisajes no son alegres. Son enigmáticos, oscuros, dominados por los fenómenos naturales. Trasmiten las emociones más extremas. La música contribuye a ello con un tono lleno de melancolía y misterio, más cerca de la oscuridad que de la luz. El tema principal es el mejor ejemplo. Cercano al que Craig compuso para Elizabeth: La Edad de Oro (Shekhar Kapur, 2007), sin la acción de aquel, encuentra su mayor similitud en el tema principal de El Bosque (M. Night Shyamalan, 2004), de James Newton Howard. ¿Coincidencia? Paisaje sombrío y tenebroso, naturaleza intimidante…
También la época se ve reflejada. El violín, principal protagonista (¡costó 2.5 millones de dólares!). El siglo XIX fue la época de los virtuosos (la de Paganini), de los tratados sobre el instrumento, de las escuelas nacionales. Además de convocar a las emociones más intensas, el violín nos transporta en el tiempo. La inquietud es máxima cuando las notas corren como sentimientos desbocados. Por otra parte, la música preexistente. No solo los himnos, siempre presentes en la vida religiosa de Inglaterra, sino las canciones cantadas en las reuniones de amigos y celebraciones. De entre todas sobresale, por su belleza y significado: Let No Man Steal Your Thyme. Cantada e interpretada al piano por Bathsheba Everdene (Carey Mulligan), acompañada de como William Boldwood (Michael Sheen). Ella es una mujer fuerte e independiente, que nunca se ha dejado atar ni dominar por ningún hombre: “Let no man steal your thyme / For when your thyme it is past and gone / He’ll care no more for you”. ¿Más claro? Él, un hombre de buenas intenciones que la pretende. El piano, el instrumento de las mujeres. Él le promete comprarle uno si acepta el matrimonio. Ella ya lo tiene. Toda mujer respetable tenía uno. Carey Mulligan ya demostró sus dotes en Shame (Steve McQueen, 2011), cantando New York New York. Con su voz discreta, suave, simple, sin florituras.

Por último, las emociones. Reflejadas no solo en el ambiente y el paisaje, sino en los diferentes personajes. El tema principal tiene algo de Bathsheba. De sentimientos contenidos pero impetuosos, de fuerza y de autonomía. Cada hombre lleva un sonido propio que, sin identificarlo como leitmotiv, se adapta a cada tema que los acompaña. Gabriel Oak (Matthias Schoenaerts). El granjero que cae en desgracia y que es rechazado en primer lugar. Reservado, sin rencor ni malos sentimientos. Su música es la más alegre, dentro de la alegría que supone perderlo todo aun teniéndolo delante. Spring Sheep Dip y Oak Returns son ejemplos de ello. William Boldwood (Michael Sheen), hombre digno de la más profunda compasión. Todo un señor. Bueno, sereno y perdidamente enamorado. Para él, un tema melancólico y elegante a la vez: Woldwood varuiation. Por último, el sargento Troy (Tom Sturridge). Engreido, presumido y…sus temas son los más oscuros: Never Been Kissed, Bathsheba and Troy Wedding o Troy Swims Out; nos avisan de sus intenciones.
Sin más, creo que es hora de alejarse del mundanal ruido y deleitarnos con la música de Craig Armstrong.
Caratula de la BSO de "Lejos del Mundanal Ruido"
Caratula de la BSO de «Lejos del
Mundanal Ruido»

Puedes encontrarla como: Far from the Madding Crowd [Original Motion Picture Soundtrack], Sony Classical, 2015.

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2 comentarios

  1. Gracias por hacerme conocer esta película y su banda sonora. Me gusta mucho cómo está escrito tu artículo, es incluso musical en algunos párrafos.

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