Crítica de «Foxcatcher», el controvertido biopic de John Eleuthère Du Pont

Foxcatcher llega al cine dejando constancia de la rockambolesca vida de John Eleuthère Du Pont, heredero de la casa Dupont y asesino convicto que fue ejecutado en 1997.

Foxcatcher
Bennett Miller viene a recordarnos que es un cineasta en toda la extensión de la palabra. Previamente había dado sobradas muestras de su solvencia formal para detallar con pinceladas precisas el cuadro cinematográfico del biopic con “Truman Capote” que tenía en el protagónico homónimo al finado y maestro del desdoble a cuadro, Philip Seymour Hoffman.
Miller, en esta ocasión, nos trae la historia de los hermanos Schultz, Mark (Channing Tatum) y Dave (Mark Ruffalo), destacados deportistas de lucha grecorromana, que descollaron en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984 con sendas medallas de oro en sus respectivas categorías. La línea de vida de estos dos atletas converge en un punto de 1987 con la del empresario multimillonario John Eleuthère Du Pont (Steve Carrell), cabeza principal de “Du Pont”, el gigantesco emporio de productos químicos más grande del mundo.
John Eleuthère (o Juan Eleuterio, como ustedes prefieran más) busca la constante validación de su madre en todo lo que hace. La pasión de ella son los caballos, algo que a John no le entusiasma, por el contrario, le guarda un fijo recelo a los equinos y a todas las satisfacciones que éstos le brindan a su progenitora. John elige el deporte olímpico de las luchas para conseguir la ansiada aprobación por parte de Jean Du Pont (Vanessa Redgrave), la autora de sus días.
En el afán de conseguir esta meta, John Eleuthère contacta al menor de los Schultz, Mark, para contratar sus servicios a cambio de que éste represente a su equipo Foxcatcher, que tiene como objetivo principal producir “campeones en el deporte, ganadores en la vida y buenos ciudadanos de los Estados Unidos”. Es decir, parte del “american way of life” tan enarbolado por los halcones de la Casa Blanca.

Channing Tatum y Steve Carrell en Foxcatcher
Channing Tatum y Steve Carrell en Foxcatcher
Pero como ha sido recurrente en la historia estadunidense, las aristas oscuras de su conciencia se hacen presentes en los escenarios menos esperados: donde debiese estar postrada el águila calva admirando su obra, aparece la imagen amoral y temeraria de una persona que quiere satisfacer sus impulsos humanos básicos e imperiosos, como pueden ser la ambición, la ira y las emociones desmedidas.
Imagen personificada a la perfección por John Eleuthère; estas características latentes en él, fueron acentuadas por la constante indiferencia y desprecio de su madre hacia todo lo que él hacía o creía correcto hacer, como era su profundo amor’ por la lucha grecorromana, diciéndole ella al respecto: “es un deporte bajo y no me gusta verte ser bajo”, recrudeciendo con ello el valor existencial de John, a pesar de su poder y riqueza que por herencia tuvo.
Ante tales particularidades y circunstancias del personaje, no se hacía fácil la tarea de encontrar un actor que ‘per se’ pudiese con el paquete, así que había que recurrir a la caracterización física de John Eleuthère Du Pont.
Como ha ocurrido en el pasado, actores que se desenvuelven en la comedia han querido dar el paso al drama de manera sutil y elegante (tal vez sólo Tom Hanks lo ha logrado brillantemente) y otros han tropezado con su propia estridencia y locura (caso más claro, Jim Carrey, que no lo hizo tan mal por ser reconocido como actor serio, pero que nunca logró zafarse por completo de su propio mito). Steve Carrell pudo haber caído en este último apartado, pero el departamento de “Make Up and Hairstylist” (“Maquillaje y Peinados”) ha hecho una labor de titanes al volver irreconocible a Steve. Esto ya es ganar muchos puntos y dejar un terreno casi sin obstáculos al actor.
Y este casi es borrado magistralmente por la extraordinaria e increíble labor que Carrell hace de su personaje. Pausado, da espacio a su ejecución a cuadro, el desarrollo de sus diálogos son controlados, la respiración es precisa, como reloj suizo. Permite la entrada del estímulo, para después soltar una respuesta que deja absorto al espectador y con ganas de seguir viéndolo a cuadro.

Mark Rufallo como Dave Schultz en "Foxcatcher"
Mark Ruffalo es Dave Schultz en «Foxcatcher»
Es aquí donde también cabe el elogio a Bennett Miller. Consciente de sus facultades para el biopic, hace gala de ellas. Formado en un inicio como documentalista, sabe cómo dotar de una realidad sorprendente e intrigante sus historias. Posibilita, de a poco pero sin ser cansino, el desdoble progresivo del trabajo de sus histriones. Gradualmente va acomodando en la mente de la audiencia las características que componen, por dentro y por fuera, a sus personajes.
Y gran prueba de ello es el personaje que construye este actor que recuerdo haber visto como el atribulado hermano de Laura Linney en “Puedes contar conmigo” (del año 2000) y que desde entonces no ha permitido que le pierda de vista. Responde al nombre de Mark Ruffalo y es, a mi parecer, una de las joyas más brillantes de su generación. Con su estilo que aparenta desgano, a veces cierto desenfado y que por esto mismo ha sido tan apreciado por el mundo cinematográfico y que le ha permitido encajar en personajes complejos y a veces divertidos, tridimensionales, llenos de matices, contrastes que adapta perfectamente a sus gestos, a esa sonrisa insegura mas a la vez controlada, que no permite el desbordamiento emocional en su totalidad y que suelta una fina sensación de haber transmitido un sentimiento. Ése es Mark Ruffalo.
Y qué tino tuvo Miller por esta soberbia decisión: Ruffalo está mejor que nunca. Y alguien que supo aprovechar este magnífico cuadro actoral, fue Channing Tatum; sin la maestría de Ruffalo, ni la precisión de Carrell, pero Channing sale avante por la sobriedad de su ejecución.
Miller ha retratado con maestría esa parte oscura de la sociedad estadunidense que tanto les aqueja, esa vena inquieta que cruza el corazón de la nación de Abraham Lincoln; esos personajes como John Eleuthère Du Pont, que significan la conciencia incómoda de la sociedad americana, esa pesadilla en la calle de sus ilusiones: la constante búsqueda de su propia muerte.

NOTA: Foxcatcher se estrena en España el 6 de febrero, pero nuestro compañero Edu Bustamante, ha podido disfrutar de ella en su país de origen, México, lugar donde esta cinta de 2014 ya se ha estrenado.

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