Crítica de «La Jungla Interior»: Un film enfermizamente personal.

Esta película ilustra perfectamente los motivos por los que el cine español no logra levantar cabeza. Afortunadamente, este año parece que la tendencia se va invirtiendo, pues tenemos entre las más vistas en taquilla, algunos films patrios.

La Jungla Interior

La Jungla Interior representa el sector de las masturbaciones intelectuales, de esos creadores o autores ególatras que se creen superiores al resto de los mortales y que hacen películas gratuitamente, porque enseguida, se llevan a una jugosa subvención. Y es que esta cinta, a Juan Barrero, su director, guionista y protagonista, no le ha debido de costar mucho, básicamente porque la hemos pagado entre todos los españoles vía subvenciones, lo cual no deja de ser injusto, porque a Michael Bay, Chris Nolan, Peter Jackson, Ridley Scott, Clint Eastwood y un largo etc. que también incluye a realizadores españoles,  nadie les subvenciona sus películas, y, curiosamente, hacen historias realmente magníficas.

¿A más subvenciones mayores bodrios? Puede ser. De hecho, esto que es tan típico nuestro, también es muy típico en Francia. Se lo copiamos a ellos y muchos lo defienden bajo el paraguas falso de esa «singularidad europea». Bueno, pues desde luego serán singulares, pero nadie ve sus películas. Muy rentable no creo que sea esa especial singularidad ¿no?

Además de que La Jungla Interior es un despropósito desde el propio título del film. La historia que nos cuentan carece de total interés, no hay esfuerzo de ningún tipo por hacer que el espectador se integre en la película y participe de la historia, no hay esfuerzo para que empaticemos con los personajes. No hay esfuerzo para lograr una fotografía ni un sonido ni nada decente en esta cosa rara. Un relato en el que se mezcla un viaje a una jungla de Costa Rica para buscar una orquídea descubierta por Darwin siglos atrás, con un relato costumbrista cutre en el que Gala, la novia de Juan, quiere tener un hijo pero su novio o marido no quiere tener descendencia. Como diría el doctor Sheldon Cooper: «¿En qué universo medianamente racional hay una conexión coherente de estos hechos?» ¿En qué universo medianamente racional es necesario mostrar en primer plano una masturbación? ¿Aporta algo esta cosa al cine, a nuestras vidas? A nivel personal no me ha aportado nada, salvo hastío y ganas de salir corriendo de la sala, por primera vez en mi vida, porque jamás he abandonado una película aunque me estuviese aburriendo.

Pero lo que más duele no es la total apatía y la falta de interés en hacer una película en condiciones, lo más doloroso de todo es pensar que entre todos hemos pagado esta cinta que fuera de entornos «gafapasteros» no interesará a nadie, y que por supuesto, no recuperará el dinero invertido en ella. Vamos, que prefiero verme una película de Hollywood, por muy mala que sea, a ver este producto inane que encima está premiado en algunos festivales, sitios que se suponen serios, y que desde luego, en los últimos años,  para mí han perdido cualquier atisbo de credibilidad.

Aún así, mi critica no es más que un conjunto de sensaciones personales y vosotros sois libres de elegir si queréis verla o no, pero de decidiros a hacerla, y si ciertamente habéis disfrutado con ella, os agradecería que vinierais y me contarais que es exactamente lo que se me ha pasado o que estado de animo es necesario para disfrutar de obras como estas.

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